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Henri Matisse (1869-1954) es considerado el más grande colorista del siglo XX y un artista revolucionario que ayudó a definir el arte moderno, el artista francés hizo su debut en las artes como un pintor posimpresionista. Para 1904 ya era un líder del fauvismo; más concretamente, de Les Fauves (que en francés quiere decir “bestias salvajes”), un grupo de artistas modernos que preferían los colores puros y brillantes y las pinceladas expresivas sobre el realismo.
Habiendo trabajado también como dibujante, grabador y escultor, la colorida obra de arte de Matisse representaba principalmente la naturaleza muerta y la figura humana. Trabajaba con formas fuertes y vibrantes y a menudo usaba el blanco de su lienzo expuesto para crear escenas llenas de luz.
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$115.00 – $194.00Durante su trayectoria, supo conjugar en sus obras la influencia de artistas como Van Gogh o Gauguin, con la de las cerámicas persas, el arte africano o las telas moriscas, y a medida que su estilo se desarrolló, las representaciones de Matisse se volvieron más abstractas y fragmentadas, hasta que finalmente, durante sus últimos años, creó obras casi exclusivamente utilizando recortes de papel de colores.
De abogado a pintor
Henri Matisse nació el 31 de diciembre de 1869 en Le Cateau-Cambrésis, norte de Francia, en el seno de una familia de clase media. Fue el mayor de los hijos de Anna Heloise Matisse y de Emile Hippolyte Matisse, un próspero comerciante de granos. En 1887 se trasladó a París para estudiar derecho, trabajando como administrador del tribunal en Le Cateau-Cambrésis después de obtener su título.
Sin embargo, Matisse empezó a pintar en 1889, cuando su madre le regaló pinturas y pinceles para hacer sus primeras obras. En aquel momento de su vida, el pintor dijo haber “descubierto una especie de paraíso”. Desde entonces quiso dedicarse al arte, lo que decepcionó enormemente a su padre. En 1891, abandonó su empleo en el bufete de abogados para el cual trabajaba, y en 1892 se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de París, donde recibió clases en el taller del pintor Gustave Moreau. Allí coincidió con otros artistas como Rouault, Camoin y Marquet, además también se relacionó con el artista Raoul Dufy, discípulo de Pierre Bonnard.
Estudió el arte contemporáneo, sobre todo el de los impresionistas, iniciando su propia experimentación. Recibió influencias de Paul Gauguin, Paul Cézanne y Vincent van Gogh, cuya obra estudió con detenimiento desde 1899 aproximadamente.
Primeros pasos en el mundo del arte
Su primer estilo consistía en un convencional naturalismo y también realizó muchas copias de cuadros de los maestros clásicos. En 1896, Henri Matisseexhibió cuatro de sus pinturas en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de París, y obtuvo un rotundo éxito. Su cuadro “Mujer leyendo”, pintado en 1894, fue comprado por el gobierno francés para decorar el castillo de Rambouillet.
Durante los dos años siguientes, Matisse viajó por la Bretaña y conoció al veterano pintor impresionista Camille Pissarro y también al escultor Auguste Rodin. Fue en esa época cuando descubrió las obras maestras impresionistas de la colección del mecenas Gustave Caillebotte. Gracias a su influencia, los colores de sus obras se volvieron, durante un tiempo, más claros, y, al mismo tiempo, más intensos.
En 1897, Matisse dio su primer gran paso en el mundo del arte al pintar el cuadro “La mesa de la cena”, donde combinó una luminosidad similar a la utilizada por Pierre-Auguste Renoir con una composición de estilo clásico en rojo intenso y verde.
Henry Matisse y el fauvismo
En 1905 Henri Matisse revolucionó su propio arte, dejó de lado el puntillismo en sus cuadros para convertirlos en una explosión de color: rojo contra verde, naranja contra azul y amarillo contra violeta. De aquella época son “La ventana abierta” y “Mujer con sombrero”, pinturas que se exhibieron en el Salón de Otoño, junto con obras de André Derain y Maurice de Vlaminck.
Después de la exposición, el crítico de París Louis Vauxcelles nombró a ese grupo de artistas como les fauves “las fieras”, y así nació el fauvismo, el primero de los “ismos” importantes de la pintura del siglo XX.
El fauvismo tuvo una duración de tan sólo 4 años (1904-1908), fue dirigido por Matisse y su colega artista francés, André Derain. Se caracterizó por pinceladas aparentemente salvajes y colores vivos, el fauvismo podría describirse visualmente como un híbrido de postimpresionismo y puntillismo. El grupo de Les Fauves pintó sus sujetos con un alto grado de abstracción, basándose en las formas más básicas.
Matisse y Picasso
En 1906, Henri Matisse conoció a Pablo Picasso, estos dos grandes artistas se reunieron por primera vez en el salón de París de Gertrude Stein, una coleccionista de arte estadounidense que vivió en la capital francesa. Aquí surgiría una de las más polémicas rivalidades en el mundo del arte ya que sus obras a menudo eran comparadas. Ambos pintaban la figura femenina y la naturaleza muerta, pero mientras Picasso pintaba de su imaginación, Matisse se inspiraba en la naturaleza.
Aunque en realidad se convirtieron en buenos colegas y ambos artistas sentían una gran admiración uno por el otro, también se dice que a la vez sentían envidia el uno del otro. No obstante, frente a esto sus obras respectivas sirvieron como fuente de inspiración en numerosas ocasiones.
En 1912, Henri Matisse pasó siete meses en Marruecos, produciendo alrededor de 24 pinturas y numerosos dibujos. En 1917 se trasladó a Niza, Francia, donde residió el resto de su vida, incluso durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Francia.
Los últimos años de Matisse
En la década de 1940, el deterioro de su salud le implicó dificultades para pintar. En 1941 Henri Matisse fue diagnosticado con cáncer abdominal en 1941, por lo que tuvo que someterse a una cirugía que lo dejó postrado a su silla y a su cama. Esto llevó a que Henri Matisse iniciara una nueva fase en su arte, en la que el collage con papiers découpés (papeles recortados de colores) se convirtió en su principal medio de expresión.
Con la ayuda de sus asistentes, Matisse recortaba formas abstractas de hojas de colores intensos prepintadas con gouache. Luego, el artista los ordenaba en composiciones llenas de vida. Sus primeras piezas eran de tamaño pequeño, pero eventualmente, se convirtieron en murales o obras del tamaño de una habitación. El resultado fue una forma de arte innovadora que no era del todo pintura, pero tampoco escultura, y se convirtió en su medio característico durante la última década de su vida.
En el año de 1952 se inauguró el Museo de Henri Matisse en su localidad natal, Cateau-Cambrésis. Matisse moriría dos años después de la inauguración a causa de un ataque al corazón a la edad de 84 años el 3 de noviembre de 1954 en Cimiez, cerca de Niza, dejando tras de sí una ingente obra pictórica.
En 1963 en Niza, donde transcurrió buena parte de su vida, se inauguró el Museo monográfico de Henri Matisse, museo para que los apasionados del arte pudieran disfrutar y profundizar en las obras del pintor.
Bibliografía
Moreno, V. (2023, diciembre). Buscabiografias.com. Recuperado de https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/78/Henri%20Matisse
Sadurní, J. (2024, enero). Henri Matisse: vida y obra del genio del color. Historia National Geographic. Recuperado de https://historia.nationalgeographic.com.es/a/henri-matisse-vida-obra-genio-color_15795
Sienra, R. (2018, febrero). Henri Matisse: el maestro del color que dejó huella en el arte moderno. My Modern Met. Recuperado de https://mymodernmet.com/es/henri-matisse-biografia/