En las venerables paredes de la National Gallery de Victoria, en Australia, reposa una obra maestra que ha perdurado a lo largo del tiempo: el “Retrato de una Mujer” de Edgar Degas, pintado entre los años 1876 y 1880. Este cuadro, aparentemente Sencillo a primera vista, revela un misterio intrigante que ha captado la atención de conservadores y expertos en arte desde hace décadas.
1. El Secreto oculto tras la mirada perdida
Al acercarse a la obra, la figura de una dama con un tocado negro y mirada perdida se despliega ante nuestros ojos. Sin embargo, lo que inicialmente podría parecer una representación convencional esconde un secreto guardado con esmero. Detrás de la aparente simplicidad, se revela una historia fascinante.
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En el centro del retrato, se vislumbra algo que podría confundirse con la forma de una oreja, mientras que en la mejilla de la señora emerge lo que aparente ser una boca y una nariz invertidas. Los expertos en arte ya conocen el trasfondo: este lienzo de Degas se superpone a otro retrato que comenzó a emerger en 1922, un testimonio silencioso de la evolución creativa del genio impresionista.
2. La búsqueda del retrato descartado
La pregunta que surge es inevitable: ¿cómo descubrir la forma del retrato original que Degas decidió descartar sin causarle daño? Las técnicas convencionales, como los rayos X, ofrecen solo un vistazo superficial. Para adentrarnos más en el misterio, el equipo liderado por Daryl Howard y David Thurrowgood ha optado por una técnica no invasiva basada en la radiación de sincrotrón y la fluorescencia de rayos X.
3. Una revelación a través de la sadiación de sincrotrón
El resultado, publicado recientemente en Scientific Reports, desvela la figura de una segunda mujer, identificada como la modelo Emma Dobigny. Las orejas desproporcionadas y borrosas, según los investigadores, revelan los múltiples intentos de Degas por completar el retrato, finalmente descartado para reutilizar el lienzo. En la época de esta pintura, Degas solía representar orejas puntiagudas, y la imagen nos permite observar su esfuerzo por corregir este detalle, dándoles una forma más redondeada.
4. La técnica de magia: radiación de sincrotrón y sluorescencia de rayos x
La técnica utilizada consiste, en términos generales, en emitir radiación de alta energía, como rayos X o gamma, para excitar los átomos de metal en el fondo de la pintura y provocar la emisión de fotones. Este método permite detectar los trazos del pintor en el primer uso del lienzo, aunque no proporciona información detallada sobre los pigmentos utilizados. Aunque la fluorescencia de rayos X se ha empleado anteriormente en obras de arte, el perfeccionamiento de la técnica, especialmente a través de la radiación de sincrotrón, revela un nuevo horizonte en el estudio de estas obras sin causar daño a los originales.
5. Un nuevo capítulo en el estudio del patrimonio artístico
Los autores del estudio sugieren que la radiación de sincrotrón puede abrir nuevas vías para el estudio de obras pictóricas, teniendo un impacto significativo en la comprensión de nuestro patrimonio histórico y artístico. Este método no invasivo se presenta como una herramienta revolucionaria que promete desvelar más secretos ocultos en las obras maestras del pasado.
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