Édouard Manet (1832-1883): el gran artista innovador e incomprendido

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Édouard Manet (1832-1883) fue un pintor francés del siglo XIX y una figura clave en la transición del realismo al impresionismo. Es conocido por su enfoque innovador, que desafió las convenciones artísticas de la época. En sus obras representó escenas de la vida contemporánea con un estilo único y distintivo que fueron influyentes para desarrollo del arte moderno. Aunque es considerado uno de los precursores del impresionismo no fue en realidad un seguidor de esta corriente, pero sin él no habría impresionismo, movimiento que tomó su novedosa técnica y sus inéditas temáticas.

En su vida personal, Manet formó estrechas relaciones con varias figuras influyentes en el mundo del arte. Tuvo una profunda amistad con la pintora impresionista Berthe Morisot, quien se convertiría en una figura central en su círculo artístico. Manet también mantuvo conexiones con destacados escritores, músicos e intelectuales de su tiempo, incluidos Charles Baudelaire y Émile Zola, quienes defendieron su trabajo y contribuyeron a su reputación artística.

Su destino era el arte

Édouard Manet nació el 23 de enero de 1832 en París, pertenecía a una importante familia de la burguesía parisina muy bien situada tanto económica como políticamente. Era hijo de Auguste Manet, jefe del departamento personal del Ministerio de Justicia, y de Eugénie-Désirée Fournier, hija de un diplomático y ahijada del príncipe heredero de Suecia.

Desde muy joven Édouard Manet mostró interés en el mundo del arte, no obstante, los deseos de su padre eran que estudiara derecho pues la influencia de su familia podía proporcionarle a Manet una gran oportunidad en la élite política y social de París. Sin embargo, no era esto lo que Manet quería, para evitarlo decidió intentar hacer la carrera de marino, aunque no superó las pruebas de ingreso en la Academia Naval. Por lo que, en su segundo intento por lograrlo, Édouard Manet se alistó como aprendiz de piloto de un buque mercante con destino a Río de Janeiro. De regreso a París, intentó nuevamente ingresar en la Academia Naval Francesa, obteniendo el mismo resultado.

Frente a esto se matriculó en la prestigiosa École des Beaux-Arts en 1850 en la cual Thomas Couture fue su mentor, donde recibió formación formal en técnicas pictóricas y de dibujo tradicionales. Durante su período de aprendizaje Manet sus primeras obras se vieron influenciadas por artistas como Tiziano, Rembrandt, Goya, Velazquez, Delacroix, Courbet y Daumier, que estaban expuestas en el Museo del Louvre. Asimismo, hasta 1856 el joven pintor viajó por Europa, incluida España con el objetivo de entrar en contacto con los grandes maestros.

El estilo innovador de sus obras

Manet obras destacadas
“El Conservatorio” (1878)

El recorrido artístico de Édouard Manet estuvo marcado por la rebelión contra las normas establecidas y la búsqueda de la individualidad. Sus obras eran a menudo innovadoras y poco convencionales desafiando así a las tendencias artísticas tradicionales de la época.

Gran parte de sus pinturas mostraban audaces pinceladas, que enfatizaban la textura y la materialidad. Este enfoque, a menudo caracterizado por pinceladas visibles y un manejo descuidado de la pintura, fue un alejamiento de las superficies lisas y altamente acabadas favorecidas por la tradición académica. Édouard Manet también se distinguía por la disposición de las figuras, que creaban ambigüedad espacial y desafiaban las expectativas del espectador. Sus composiciones presentaban con frecuencia figuras recortadas, composiciones asimétricas y perspectivas aplanadas, lo que añadía una sensación de inmediatez y modernidad a sus obras. Manet fue un pionero en la representación de la vida cotidiana y escenas contemporáneas, así como de retratos, bodegones y desnudos.

Manet el rechazado del arte

“El almuerzo en la hierba ” (1863)

Para 1863 el jurado del Salón Oficial de París rechazó su cuadro “El almuerzo en la hierba ” (1863) en este representaba a una mujer desnuda junto a dos hombres completamente vestidos en un escenario moderno al aire libre, por lo cual fue abruptamente rechazado por considerar que su técnica era completamente revolucionaria y alejada de la ortodoxia y porque iba en contra de las normas aceptadas de moralidad y representación.

Debido a la fuerte crítica y a los estrictos veredictos que daba el jurado de esta institución el emperador Napoleón III decidió celebrar una muestra paralela al Salón Oficial que recogiera todas las obras excluidas por el jurado y que se conoció como Salon des Refusés (Salón de los Rechazados). Fue allí donde el público pudo admirar por primera vez esta obra descartada de Édouard Manet.

En 1865, Édouard Manet volvió a exponer en el Salón Oficial y, como en la vez anterior, su obra volvió a generar polémica. Esta vez fue su cuadro Olympia (pintado en 1863), en el que la protagonista era una mujer desnuda que miraba directamente al espectador, escandalizó a los críticos que lo consideraron indecente, sobre todo por el hecho de que la mujer representada era una prostituta. Estas obras le otorgaron una reputación a Manet como provocador y figura clave en el movimiento de vanguardia.

De manera similar, durante la Exposición Universal de 1867 que tuvo lugar en París, se rechazó exponer su obra, por lo que Manet decidió seguir el ejemplo de su antiguo maestro Gustave Courbet (que años atrás expuso sus cuadros por su cuenta) e instaló una muestra de 50 de sus obras en un pabellón costeado por él mismo.

Artistas en defensa de Édouard Manet

Manet controversial obra
“Olympia” (1863)

En 1867, Émile Zola escribió un brillante artículo acerca de Édouard Manet en el periódico francés “Le Figaro”, en el que destacaba la incomprendida obra de su amigo, Zola señalaba que casi todos los artistas importantes comienzan por ofender la sensibilidad del espectador. El artículo causó una reacción favorable en el crítico de arte Louis-Edmond Duranty y en algunos pintores como Cézanne, Gauguin, Degas o Monet, que poco después se convirtieron en defensores de las obras de Manet.

Fuerte influencia en posteriores movimientos

“Calle de Monier con banderas” (1878)

El estilo y el tema de Édouard Manet fueron muy influyentes y sentaron las bases para el movimiento impresionista y el arte moderno posterior. Su énfasis en capturar los efectos fugaces de la luz, su audaz paleta de colores y su voluntad de romper con las convenciones tradicionales prepararon el escenario para la experimentación artística que seguiría en las próximas décadas.

Por lo que un papel crucial en la formación del movimiento impresionista, influenciando e inspirando a artistas como Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir y Edgar Degas. De la misma manera, el trabajo de Manet sentó las bases del arte moderno, con su enfoque innovador de la técnica, el tema y la composición, dejando una marca indeleble en el mundo del arte y en las futuras generaciones de artistas.

Los éxitos últimos años de su trayectoria artística

“Un bar del Folies-Bergère” (1882)

A lo largo de su vida, Manet enfrentó problemas de salud, incluidos dolores intensos y complicaciones derivadas de la ataxia locomotora, una afección que afectaba su sistema nervioso. A pesar de sus problemas de salud, continuó pintando y exhibiendo sus obras, contribuyendo a la escena artística en evolución de su tiempo.

En 1880, a pesar de la grave enfermedad circulatoria que afectaba a sus piernas, Manet expuso su obra en las oficinas del periódico “La vie moderne”. Posteriormente, ya con un alarmante avance de la enfermedad, Manet aún tuvo fuerzas para asistir a una gran exposición de arte francés en el Burlington House de Londres, mientras en el Salón Oficial de París se exponía su obra “El bar del Folies Bergère” (1882).

El 6 de abril de 1883, Manet desarrolló una gangrena en su pierna izquierda. Tras serle amputada murió diez días después, concretamente el 30 de abril, a la edad de cincuenta y un años. Poco antes de su muerte, Manet había logrado el reconocimiento del Salón Oficial de París, que le había otorgado la medalla de segunda clase, y también había recibido el título de Caballero de la Legión de Honor.

Y aunque sus extensas obras siempre fueron el punto central de controversias en el mundo artístico, es inevitable no destacar la influencia de Manet en los posteriores movimientos pictóricos de los siglos XIX y XX.

Obras de Édouard Manet

  • La ninfa sorprendida (La Nymphe surprise) 1860
  • La música en las Tullerías (La Musique aux Tuileries), 1862
  • Olympia, 1863
  • Almuerzo sobre la hierba (Le Déjeuner sur l’herbe), 1863
  • La lectura (La lecture), 1865-1873
  • El pífano (Le Joueur de fifre), 1866
  • La ejecución del emperador Maximiliano (L’Exécution de Maximilien), 1868
  • Retrato de Émile Zola (Portrait d’Émile Zola) 1868
  • El almuerzo 1868El balcón hacia 1868
  • Monet en su barca (Monet sur son bateau) 1874
  • Argenteuil 1874
  • Autorretrato 1879
  • El bar del Folies Bergère (Un bar aux Folies Bergère) 1882
  • Claveles y clemátides en un jarro de cristal 1882

Bibliografía

Mattei, S. (2023, 1 de junio). ÉDOUARD MANET. Art Majeur. Recuperado de https://www.artmajeur.com/es/magazine/5-historia-del-arte/edouard-manet/333499

Moreno, V. (2024, 30 de abril). Biografía de Édouard Manet. Buscabiografías.com. Recuperado de https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/2353/Edouard%20Manet

Saburdí, J. (2014, 29 de abril). Édouard Manet, un pintor incomprendido. Historia National Geographic. Recuperado de https://historia.nationalgeographic.com.es/a/edouard-manet-pintor-incomprendido_16703

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